Detrás de la práctica del pensar positivo
- aleegsrr
- 7 mar
- 3 Min. de lectura
Hace ya algunos meses que entré a un nuevo Diplomado en donde el foco de atención principal es el pensamiento. El diplomado abarca mucho más de lo que plantearé aquí, puesto que, en términos generales, su contenido se concentra en las causas de pensar de ciertas formas, sus efectos tanto hacia el interior como hacia el exterior y cómo desarrollar poderosas líneas de pensamiento que nos sirvan para alcanzar nuestras metas.

Pero hoy quiero concentrarme en lo que hay "detrás de cámaras" cuando se empieza a cambiar el enfoque hacia la parte positiva de la vida. En otras palabras, quiero compartir el insight que he podido comprender de ésta hermosa práctica: los beneficios y entendimientos. ¿Para qué? Para que tú, lector, puedas encontrarle sentido y coherencia a un proceso que se da de forma casi tan automática y natural como lo es respirar. Al igual que la respiración, los pensamientos vienen de forma automática. Y, como la respiración, los pensamientos se pueden ajustar, trabajar y controlar.
Un artículo de The National Science Foundation publicó en 2022 que una persona promedio tiene entre 12,000 y 60,000 pensamientos por día, de los cuales el 85% son negativos y el 95% son pensamientos que se repiten del día anterior.
Al principio, cuando empieces realmente a ponerle atención a tus pensamientos con la intención de razonar el enfoque y redirigirlo hacia el bien, es posible que sientas una sensación extraña. Incluso, en ocasiones, puedes llegar a pensar: "Esto es absurdo, ¿por qué me convendría prestar atención a lo bueno, cuando claramente lo que está aconteciendo es algo frustrante, estresante...?". Sin embargo, no hay nada que perder si pruebas cambiar la actitud y confías en tu ruta de aprendizaje. Te diré por qué:

Con buena o mala actitud, los sucesos se presentan y no los puedes controlar, pero al menos, mientras tanto, puedes pasar un buen rato. No hay nada de malo en ser feliz. Y el acto de agradecer es algo mucho más inmenso y valioso. Mereces pasarla bien.
Todo cambio es progresivo y será proporcional a la consistencia y persistencia con las que realices esta acción dirigida. De pronto, un día tu círculo cercano notará los cambios en ti, parecerán sorprenderse de las nuevas formas en las que sobrellevas las situaciones e incluso hasta te felicitarán. ¡Imagínate! ¿Cómo es que un acto tan sencillo, en acciones tan sutiles, puede percibirse en el exterior?
Entre las consecuencias de pensar positivamente, también notarás que cada vez se vuelve más fácil confiar en el proceso de la vida y en las personas, sin la necesidad de querer controlar las cosas, pues se ha vuelto más fácil soltar. Te darás cuenta de que el control nace del miedo a que escenarios malos sucedan. Y es cuando empiezas a concentrarte en lo positivo, cuando el miedo desaparece.
Y si llegas a tener un mal día, porque sí sucede, solo haz tu mayor esfuerzo por mantener la calma y, confía en que no es más que un día en el que puedes sentirte cansado o irritable por cualquier razón. Estos son días maravillosos para tomar el rol activo y redirigir tu pensamiento hacia un mejor estado, decreto; por decisión y voluntad. Caminas de pronto en la seguridad de que ahorita ya estas en un mejor momento y mañana será un mejor día.
Te invito a practicar esta acción, que no requiere realmente de un gran esfuerzo, más que la disposición de intentarlo. Y si necesitas ayuda para tomar el primer paso, siempre puedes escribirme y te acompañaré en tu proceso.
Nota del autor: Aprovecho la presente entrada para agradecer a Lucero del Río y Alejandro Campos del Instituto de Aplicación Mental por el tan hermoso y completo Diplomado que imparten (el cual, ampliamente, recomiendo tomar).
Comments