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Tres notas del amor: Entre el Yo, el Otro y el Nosotros

Actualizado: 14 feb

📷 Fotografía especial cortesía del talentoso artista Pablo Diego. Agradezco profundamente su generosidad al compartir su mirada con nosotros.


Hoy, desde mi postura profesional, escribo esta "nota del amor" con la intención de integrar de la mejor manera mi comprensión sobre un tema que nos atraviesa a la mayoría. He procurado abordarlo desde una perspectiva profesional, evitando juicios personales y expresándolo con la mayor objetividad posible.



Como psicóloga, me doy cuenta de lo desafiante que es escribir sobre el amor. A mi parecer, no hay nada menos objetivo que tratar de plasmar con palabras lo que siente el corazón. Considero que los mejores autores sobre el amor logran expresar sus ideas con mayor claridad cuando no están inmersos en una relación, pues de esta forma pueden sostener su objetividad y darle así, una mejor connotación.


¿Qué es el amor?

Algunas personas lo describen como un sentimiento; otras, como una acción. Sin embargo, considero que el amor es la integración de ambos aspectos, lo que lo hace aún más profundo y complejo de lo que solemos pensar.


Desde esta perspectiva, el amor puede entenderse a través de distintos pilares, formaciones y expresiones. Para explorarlo, partiré desde lo intrapersonal hasta llegar a lo interpersonal.




El amor propio

El primer pilar, a mi parecer, es el más importante, puesto que es el amor a uno mismo, y el prevalecer sobre estos términos. Esta es es uno de los pasos más difíciles pero más importantes para concretar, puesto que si bien, es un hecho que todos los humanos hemos conocido en algún punto o de alguna forma, el amor incondicional, es verdad que conforme uno va creciendo, su idea de recibir amor y/o sentirse merecedor del amor, va transformándose y va transmutando con el tiempo.


En la mayoría de los casos, el amor se empieza a fundamentar bajo experiencias que finalmente evolucionan a paradigmas y creencias. Y es aquí en donde se pierde la esencia propia del amor.


El amor a uno mismo puede sanarse con la práctica de tres pautas: La primera es, la práctica de la paciencia en donde uno práctica el agradecimiento de lo que hay en el presente, donde la prisa no toma posesión de este estado del ser ni tampoco, se pretende cambiar. La paciencia es ese estado en donde se aman los tiempos en lo que todo y nada sucede, todo es perfecto y es digno de ser amado.


La segunda pauta va de la mano con la confianza, y ésta es la seguridad de que cada paso que se da con consciencia, es decir tomando responsabilidad de las acciones personales, contribuye al bienestar personal y mutuo. Implica entender que todo lo lo que acontece responde a un "para qué" y un "por qué"; la respuesta a estas preguntas se responden desde el "bien", del deseo de desearte bien y brindarte el amor que mereces.


La tercera pauta para llevar a la práctica el amor propio es la generosidad; que implica el salir de la culpa, enojo u otras manifestaciones que parten de la creencia autoconstruida de que uno no es digno de ser amado. Es el acto de tratarse a uno mismo, pese a las circunstancias, con amabilidad y respeto.



El amor hacia el otro

No obstante, a diferencia del amor propio, en esta forma de amor, está implicado el otro. Cuando las bases de amor propio se han fortalecido, la relación con el prójimo se facilitan. Pero, emergen cualidades que permiten el vínculo con los demás: comunicación, acompañamiento y humildad.


La práctica de la comunicación, implica el acercamiento con otro ser, y el actuar desde el amor, conlleva presencia, interés y escucha. Sabiendo que, esta comunicación se desarrolla tanto en el aspecto verbal como corporal. Cuando hay amor, se abre uno a la posibilidad de conectar, fortalecer el vínculo y se permita un reconocimiento mutuo basado en la comprensión y la conexión.


La práctica del acompañamiento es una forma muy sutil y a la vez, muy hermosa de dar amor. Es el acto de brindarle al otro parte de tu tiempo y presencia; sin juicio y con bondad. Todos los seres humanos tenemos la capacidad y posibilidad de decidir cómo queremos hacer presencia en otro ser. Visualizar al otro como un ser que tiene su propia historia, universo y ser capaz de sostener que el otro se pueda sentir sostenido, visto y validado, es un maravilloso acto de amor.


Acercarse al otro con humildad, implica sostener nuestra autenticidad y respetar la del otro; sin arrogancia ni superioridad. Abierto a la realidad de que todos tenemos algo que aprender y algo que ofrecer. El práctica de reconocerse con humildad, siempre dejará abierta la puerta a la posibilidad de seguir sorprendiéndote de lo que la vida tiene para ofrecer.



El amor en pareja

El amor de pareja es una de las fases del amor a las que más personas aspiran a encontrar. Es el pilar que más connotaciones tiene, puesto que no podría existir una regla general que aplique a todos cuando se trata de este tipo de amor. Es en esta fase donde surgen nuevas expresiones del amor que definen la calidad del vínculo: compromiso, lealtad e intimidad.


La práctica del amor de pareja conlleva en primer lugar, entender que cuando se formaliza un vínculo es porque se visualiza el crecimiento, construcción y sostenibilidad del vínculo a lo largo del tiempo. El compromiso representa la elección diaria de cuidar, nutrir y fortalecer la relación tanto para uno mismo para con el otro, entendiendo que habrá momentos difíciles y será elección de los dos el buscar encontrar la armonía y el bienestar de ambos. Haciendo de su existir una más plena.


La lealtad va mucho más allá de la fidelidad; pues, implica el estar presente emocionalmente. Respetar la integridad de la relación y ante todo, actuar con coherencia; incluso cuando el otro no está presente. Se honran los acuerdos que se han tomado y se brinda, en ese espacio etéreo entre la unión de dos, la seguridad de que cuentan uno con el otro para brindarse apoyo, acompañamiento, comunicación desde la humildad, la paciencia, la confianza y la generosidad.


El amor en la pareja es ese espacio en donde se permite que se dé la intimidad, que el otro conozca los rincones más vulnerables del otro; ya sean éstos físicos, emocionales o espirituales. Se crea un lazo único de cercanía y complicidad, donde ambos atesoran, abrazan, aceptan y aman la autenticidad del otro. Entendiendo que siempre serán seres individuales, pero que el vínculo que se ha formado entre dos, por siempre será digno de atesorarse; al final es en el amor de pareja donde encontramos la máxima expresión de lo que es el amar por convicción.


El amor es un tema inagotable. Esta breve nota es solo una pequeña contribución a las innumerables reflexiones que se han escrito sobre este magnífico sentimiento, práctica y acción.


¿Tú practicas estas expresiones del amor? ¿Qué otras formas de amor conoces?

Si te gustaría que escribiera sobre otros temas de tu interés o deseas trabajar algún aspecto en particular, puedes dejar un comentario o ponerte en contacto conmigo.


Agradezco a Pablo Diego por compartir su talento a través de su fotografía, que acompañan y enriquecen este mensaje. El arte, al igual que el amor, es una forma de conectar con el mundo y con nosotros mismos. Si deseas conocer más sobre su trabajo, te invito a visitar www.pablodiego.mx.


 
 
 

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